¡No más dolores de cabeza! Hay varias opciones para que tu conexión a internet en casa sea más rápida.
Ya estés trabajando desde casa, viendo Netflix en exceso o transmitiendo tu juego en Twitch, no existe tal cosa como demasiado ancho de banda. Incluso si tienes fibra óptica, todos necesitamos una conexión a Internet más rápida en la casa. Para ayudarte, hemos reunido algunas sugerencias sobre formas de solucionar problemas relacionados con la rapidez y, con suerte, mejorar la calidad del Wi-Fi dentro y fuera de tu casa.
1. Mueve tu router.
¿Lo tienes guardado dentro del armario o en un cajón? No es la mejor idea. Las paredes, los armarios e incluso las estanterías pueden amortiguar la señal de Wi-Fi. Mover físicamente el router puede marcar una diferencia real en las velocidades que obtiene y hasta dónde pueden llegar sus transmisiones inalámbricas. El lugar perfecto dependerá de tu hogar, pero trata de no esconderlo; cuanto más central y prominente sea, mejor. Para obtener más información, lee aquí la diferencia entre un router y un módem para la conexión a Internet.
El objetivo es hacer que sus dispositivos principales (consolas, computadoras portátiles, etc.) estén lo más cerca posible de tu router. Si no tienes una superficie plana cerca del mejor lugar, puedes montarlo hasta la mitad de la pared. Si es posible, mantenlo alejado de otros dispositivos que utilicen ondas electromagnéticas; como monitores para bebés, teclados inalámbricos e incluso microondas.
2. Utiliza el cable Ethernet.
A veces lo olvidamos: ¡los cables Ethernet todavía existen! No necesitas Wi-Fi. Por lo general, es preferible una conexión por cable a tu router a una inalámbrica. Es más rápido y estable y no se ve afectado por otros dispositivos conectados. La desventaja es que limita donde pueden estar tus dispositivos y, solo funciona con aquellos que tengan el puerto.
3. Invierte en un repetidor de Wi-Fi.
Si vives en una casa grande y no quieres estar moviendo el router a diferentes lugares, invierte en un extensor o repetidor de Wi-Fi. Estos dispositivos se conectan a un enchufe de pared y al Internet inalámbrico que recibe tu router y luego lo extienden. Son (generalmente) simples de configurar, fáciles de usar y pueden deshacerse instantáneamente de las zonas muertas de Wi-Fi en tu casa.
Las señales inalámbricas extendidas o repetidas no serán tan fuertes como las que vienen directamente de tu router, por lo que nuevamente, la posición del mismo es importante; pero es una solución bastante buena para contar con Wi-Fi en todo tu hogar.
4. Desconecta los dispositivos que no necesiten Wi-Fi.
Tener docenas de dispositivos conectados al Wi-Fi a la vez puede ser problemático. Conecta todo lo que puedas a Ethernet y desconecta todo lo que hayas conectado pero que no necesites (por ejemplo, si tienes un plan ilimitado de datos en tu smartphone). Asegúrate de que solo las cosas que necesitan Internet accedan a Internet.
5. ¿Reinicia tu router?
Hemos leído este consejo muchas veces en la web, pero a veces somos escépticos. Reiniciar tu router de forma regular suena como una extensión de la antigua pseudo solución para todo lo digital: reinícialo; pero puede ser una solución a problema de lentitud en la conexión; ya que obligará al router a elegir el mejor canal con la menor interferencia durante el arranque.
¿Qué otra solución encuentras cuando tu conexión a Internet está muy lenta? ¿Eres de los que llama automáticamente al proveedor de Internet? Cuéntanos en los comentarios.